Fedor Veselov interpretó hace unos meses la pieza Free Down, de Laia Guilanyà Jané, como un canto de libertad en medio de la pandemia, cuyas víctimas aún buscamos medios para expresarnos.
"La música siempre tiene algo reivindicativo -me dice Laia, cuando la entrevisto-, sobre todo si eres una mujer compositora". Laia Guilanyà entró en el proyecto de los Musical Innovators a través del compositor David Llorens y Guillaumes como resultado de la voluntad de Sergey Gogolev de encontrar mujeres compositoras. Desgraciadamente, aún hoy son minoría.
"Mis profesores de piano no me hablaron nunca de ninguna compositora; todo el mundo conoce Beethoven, los típicos, pero a poca gente le suena Clara Schumann". Es por ello que Laia encuentra difícil separar la música de la reivindicación, que pasa tanto por la cuestión del género como por una serie de patrones establecidos que hay que romper.
A menudo se limita a los pianos acústicos a todo lo que ya hemos oído de ellos; un cierto estilo de piezas, una misma sonoridad "bien afinada". Lo que gustó a Laia del proyecto del ACOUHIB es que rompe con ello. La búsqueda de nuevos timbres demuestra que el piano todavía tiene muchas posibilidades para ofrecernos, que es un universo armónico vivo y explorable. Y eso llama la atención tanto a compositores de aquí como a músicos internacionales que ya planean la difusión del proyecto en todo el mundo.
"No sabría encontrar una sola palabra para definir el sonido de este timbre -reflexiona Laia Guilanyà Jané-. Quizá la sorpresa, el exotismo de algo nuevo y que te gusta mucho, explosivo y liberador".
Free Down habla sobre la liberación y aquello de lo que hay que liberarnos. Laia Guilanyà recibió el encargo de componer una pieza para piano híbrido cuando hacía más de un año del inicio de la pandemia, y desahogó en la pieza un sentimiento recogido del entorno intenso y vibrante que nos ahogaba.
"Yo soy profesora de piano, y con los alumnos hablamos de muchas cosas. Hay que hablar de la vida para que puedan expresarse a través de la interpretación. Esto me ha mostrado el mal que les ha hecho la pandemia. Durante el confinamiento se ha propagado un estado depresivo generalizado, especialmente entre los jóvenes, del que se habla poco y del que se debería hablar mucho más ".
Free Down, fruto de la época de pandemia, da voz a esta depresión mediante unos momentos de tensión musical que van asociados siempre al timbre híbrido. Estos episodios se reiteran y muestran la dificultad de salir del malestar, la angustia de este ciclo
insoslayable. No obstante, se alternan con fragmentos de liberación de la tensión, que se corresponden con el retorno a la sonoridad del piano que todos conocemos. Es un juego de significación armónico y técnico que trabaja en la entraña misma de la música para dar lenguaje al dolor y la esperanza esencialmente humanos, que a menudo cuestan tanto de expresar.

"No es que el sonido híbrido me lleve a pensar en la depresión -aclara Laia- pero sí ofrece un medio magnífico para expresarla". Laia Guilanyà, que a menudo compone para imagen (compone para videojuegos y bandas sonoras), ha utilizado el timbre para ilustrar la depresión de la que hay que hablar más, al tiempo que para transmitir un mensaje de liberación. Ante la palabra "down" (bajada), no tenemos "break" (rotura) sino "free" (libertad). La libertad de hablar de la depresión y la de liberarnos de ella, rompiendo con las estructuras preestablecidas, discursos estereotipados, o armonías y timbres demasiado conocidos y repetidos.
"Me gustaría, como pianista, tocar más piezas con el piano híbrido, y componer muchas más como compositora. Pienso que la idea abre muchas posibilidades que son necesarias en el mundo de la música." El universo musical necesita de la viveza y la libertad que el arte expresa mejor que ningún otro medio.
A veces, humildemente, genialmente, llega la esperanza con el sonido de un nuevo timbre para dar voz a todo lo que una rutina estancada mantenía en silencio; la voz de la libertad.
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